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Dos personas 160$

Tres a cuatro personas 190$

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Visitar el Templo de Dendera y Abydos es un viaje al corazón del antiguo Egipto, que ofrece una exploración cautivadora de dos templos notables que se alzan como tributos a la artesanía y el significado espiritual de su tiempo.

Templo de Dendera

Enclavado en las orillas del Nilo, el Templo de Dendera es un complejo impresionante dedicado a la diosa Hathor, la deidad del amor, la belleza y la música. Al acercarse al templo, lo recibirá una gran entrada adornada con jeroglíficos bien conservados y relieves intrincados. La estructura principal del templo es una maravilla de la arquitectura antigua, que cuenta con una sala hipóstila con columnas imponentes, cada una intrincadamente tallada con imágenes de Hathor y escenas celestiales.

El punto culminante del Templo de Dendera es el exquisito Zodíaco de Dendera, un famoso bajorrelieve que representa el cielo nocturno y que muestra el avanzado conocimiento astronómico de los antiguos egipcios. Los tranquilos patios y las capillas bellamente conservadas brindan una atmósfera serena para la contemplación y la apreciación de la rica historia del templo.

Templo de Abydos

Abydos, conocido como el centro de culto de Osiris, el dios del más allá, cuenta con el Templo de Seti I y el Osireion. El Templo de Abydos es una obra maestra de la arquitectura del Imperio Nuevo, con sus relieves bien conservados y sus intrincados tallados que cuentan las historias de faraones y seres divinos. La gran sala hipóstila presenta columnas colosales adornadas con representaciones detalladas de los triunfos del faraón y las ofrendas a los dioses.

El Osireion, una estructura misteriosa y enigmática, agrega un aire de misticismo a la visita. Se cree que esta cámara subterránea simboliza la tumba de Osiris y está rodeada por un estanque reflectante que crea un ambiente etéreo.

Tanto el Templo de Dendera como el de Abydos ofrecen una visión profunda de las creencias religiosas, la destreza artística y los logros tecnológicos del antiguo Egipto. Explorar estos templos es como retroceder en el tiempo, donde cada piedra y cada tallado cuentan la historia de una civilización que dejó una marca indeleble en el mundo.